martes, 9 de junio de 2009

Breve Historia de un Corazón herido

Muchos dicen que para alcanzar los sueños se tienen que sacrificar muchas cosas como el amor, la familia, la amistad, los buenos momentos quizá.
Un buen día decidí tomar mis cosas y encaminarme a buscar el sueño que toda la vida había estado esperando.
Partí emocionado y lleno de ilusiones, mientras que mi madre quedaba empapada de lágrimas dándome su bendición.
Nunca imaginé lo que sería alcanzar ése sueño.
Los primeros días en la gran ciudad eran de aventura, de alegrías y de retos, sin mencionar la presunción que me invadía, ya que el hecho de vivir aquí tontamente me hacía sentir superior que muchos que deje en mi natal tierra, quizá porque nunca decidieron seguir sus sueños, pensaba constantemente y quizá equívocamente.
Empecé a estudiar lo que me había propuesto, metiéndome cada vez más en éste mundo de arte, de imaginación y fantasía. Me sentía pleno, tenía a mi lado a alguien que me amaba, también tenía mi sueño cada vez más cerca, y aunque no tenía a mi familia conmigo, de cierto modo me daban fuerzas para seguir adelante.
El tiempo transcurría muy rápidamente, y a la vez tan lento que sin darme cuenta comencé a caer en una extraña depresión.
Lo poco que había avanzado en la meta de llegar a mi sueño, hasta ahí había llegado, no veía progreso y cada vez se me hacía mucho más difícil poder realizarme, en cuanto al gran amor que yo creía tener, ya no era como en un principio, era una tortura, ya no me amaban como antes, y de cierta manera me hacían sentir como un estorbo.
Habían momentos en que no aguantaba más y rompía en llantos, viendo la helada tarde pasar, sin más compañía que el frío y la soledad. Añoraba un abrazo, suplicaba compañía, pero simplemente éstas nunca llegaban y me quedaba dormido de tanto esperarlos.
En las largas calles desconocidas, veía tanta gente pasar, cientos de rostros desconocidos en donde cada uno de éstos iba sumergido en sus pensamientos, algunas veces intenté sonreírles quizá como un gesto amable o una necesidad de atención, pero nunca me devolvieron la sonrisa.
Me sentía tan solo, ya no tenía con quien hablar, y cuando lo intentaba siempre lograban herirme con algún comentario fuera de lugar. Comencé acostumbrarme a ésta soledad, tanto que en éste momento me acompañan únicamente mi pluma y ésta hoja.
Noche a noche le pido a Dios que me dé fuerzas y ánimo para seguir adelante, ya que egoístamente la soledad me quiere solo para ella.
Me he vuelto tan sensible que a veces cuando escucho a las aves cantar alegran mis días, incluso llego a creer que me saludan y cantan para mí; los atardeceres se han vuelto mis favoritos, respiro profundo, cierro los ojos y una ráfaga de viento acaricia mi ser.
El vivir solo y lejos de la gente que me ama y así mismo amo, me ha hecho descubrir las delicias que ofrece la vida, cuando estoy al borde de la locura con tanto dolor en el corazón, una lágrima me consuela susurrándome “estas sufriendo, esto es parte de la vida, alégrate de que existes”.
Me pregunto qué hago aquí, ronda en mi mente ésta pregunta, acechándome día a día. En las noches es peor, mientras platico con la soledad y el frío disfruta de la charla, no dejo de llorar al cuestionarme por qué el sufrimiento me persigue desde que tengo uso de razón, y es quizá porque soy humano me responde mis adentros.
Mis lágrimas ya se han secado, pero se preparan para el día siguiente, ensayando una y otra vez su entrada triunfante, justo en el pensamiento exacto, como una coreografía de sentimientos.
Todos nacimos solos, con algunas excepciones, pero supone mi naturaleza que nacimos solos para que en el mundo encontremos compañía, a quien vele nuestras noches y comparta nuestras tristezas y alegrías.
Ya lo he intentado, la primera vez que encontré a “mi compañía” fui inmaduro y no supe como reaccionar ante tal regalo que la vida me daba, cuando quedé solo de nuevo, comprendí que el susurro de las mañanas de ese ser amado, es tan esencial como el primer respiro.
La segunda vez, tuve miedo en un principio, pero me entregué, y ésta vez sin cometer los mismos errores, ya renovado y con una experiencia no tan larga; pensé que así conquistaría a la tierra de mi amor, parecía ir bien, pero en el camino algo se rompió, y ésta vez yo no fui el que lo ocasionó, se fracturó sin darme cuenta, hasta notarlo cuando la grieta era suficientemente grande, dejándome impotente y sin ganas de volver amar.
Ahora sufro por ésta pérdida, mañana no sé, ya que la misteriosa pregunta “¿qué hago aquí?” me hace reflexionar. Encuentro mi vida plasmada melodiosamente en alguna canción, recordando mi desdicha cada vez que escuchó las notas perfectamente compuestas por alguien que vivió lo que no me deja seguir.
Grito, lloro, quedo decenas de minutos en silencio, y pienso que el amor es un juego riesgoso, porque quienes lo juegan saben perfectamente que se juega a matar, como en el ajedrez que para ganar hay que matar a su –Reina , y en una relación para ganar hay que matar al amor.
Cierro los ojos y me repito “¿qué hubiera sido?”; ésta pregunta amarga aun mas a mi alma y trato de distraerme con cualquier cosa, quizá poniendo la melodía donde está plasmada mi vida para seguir en la misma línea del sufrir.
Me he escondido en todos los rincones de libros, de películas, de charlas, de recuerdos y el sufrimiento siempre consigue encontrar a mi corazón.
De la misma experiencia se aprende, aunque a veces dudo de ello, mi alma se perdió en el limbo del sufrimiento; miro sin mirar, hablo sin pensar, rio, no ya no rio, la alegría huyó al saber de mi pena, no fuese a manchar su manto blanco y brillante de lodosa tristeza.
Sé que Dios es tan grande y me acompaña en estos momentos, diciéndome al oído suavemente palabras cálidas cuando él cree que ya no puedo más. Envía a las aves a que canten para alegrar a mi corazón, pero éste no las oye, apenas y se percata de su canto y vuelve a sumergirse en el mismo vacío.
Si hoy mi corazón hablara solo diría una palabra: Ámame
Pobre corazón herido, descansa compañero de vida, que yo estaré contigo hasta el día que tu decidas separarnos.

3 comentarios:

  1. me ha dado un gusto enorme encontrarme con este blog, por que esta es una habilidad que siempre me ha gustado de ti, no dejes de hacerlo, eres una persona tlaentosa y en este blog puede ver por escrito. Sigue adelante, siemrpe!.
    Jesús Moguel.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario!!

    Saludos!!

    ResponderEliminar
  3. He lleido casi todo tienes alma grande ;NO TE BAJAS ; ANIMO....
    UN ABRAZO.

    ResponderEliminar