Nublado

Hoy me siento confundido, creo extrañarte, o me aferro a extrañarte, lo mejor de todo es que no me siento triste.
Los recuerdos fluyen a mi con tu rostro una y otra vez, como un va y ven de las olas del mar. Escucho que dices mi nombre en algún punto de la inmensidad.
Me cepillo los dientes, cierro los ojos y de nuevo tú, cepillando tus dientes.
Veo el buró, imagino tus anteojos cuando los retirabas para dormir. Cierro los ojos y escucho tu risa, veo tu sonrisa, siento tu calor, te siento a ti.
Te extraño sin extrañarte. Es como un espejo sin reflejo, sin dolor, sin rencor, sin ti.

El dolor del Adios

Dicen que el corazón no duele, y a mi me duele el alma en pensarte y recordar todos esos momentos.
Te hacía parte de mi vida, tu eras mi vida, tu eres mi vida.
Me pregunto, cómo podré continuar sin ti, solo el tiempo es el único que me tiene guardada esa respuesta.
Hoy sufro, sé que mañana lo haré.
Nunca dejaré de agradecerle a la vida por el gran regalo que me dio cuando crucé por primera vez mi mirada con la tuya. Me perdí en esos bellos ojos, pude verte el alma, fue ahí cuando supe que tu y yo teníamos un destino.
Duele tu ausencia. Duele la distancia. Pero lo que me está matando, es que yo ya no forme parte de tu vida.
Deberían de entregar un instructivo de cómo arrancarte del alma.
Si algún día la vida te arranca de mi, si muere el amor estando lejos de mí, poco me importa, porque moriría yo también.